Foto: identidadgeek.com |
Esta sustancia, que para muchos puede ser en un corto plazo la solución de muchos problemas, se convierte, a largo plazo, en el peor de estos. La cocaína se ha mezclado de muchas formas y en diversos procesos para dar resultado a otras fusiones igual o mayor adictivas como: el perico, el bazuco, el crack, entre otras, que conllevan a la degradación y a la disfuncionalidad del ser humano.
Inicia como cualquier objeto deseado teniendo un efecto placentero, pero con el paso del tiempo este efecto termina siendo el más desagradable, ya que después de solo “usar” y “abusar” de la sustancia el cuerpo empieza a “depender” y se inician los episodios de abstinencia que pueden ser de leves a graves a nivel fisiológico, siendo esta una de las consecuencias más fuertes de la “Cocaína”.
En este tipo de adicción las consecuencias y causas, están relacionadas con cada una de las áreas vitales del ser humano, como la familiar, escolar, social, laboral, espiritual y de pareja, ya que la persona adicta genera cambios en cada una de ellas ya sea psicológica, fisiológica o conductual.
La persona que inicia el consumo de cocaína, en ocasiones conoce de ella, pero en la gran mayoría de casos, desconoce el mundo al cual está entrando con su consumo, dando sus primeros pasos de negación de la enfermedad hasta que toca una de sus consecuencias; aunque si ya ha aceptado su condición y su dificultad con esta sustancia, nunca es tarde para iniciar un tratamiento en la búsqueda de sus causas para volver a ser funcional en un mundo sin drogas.
Si tiene dudas, inquietudes o desean agendar una cita con especialistas, pueden escribir a la psicóloga Adriana Beltrán al correo electrónico psadrianabeltran@gmail.com o en el 320 219 3883.
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